A las 19,30 horas comenzaba en el Genaro Poza la mesa redonda “Una política municipal necesariamente laica” con Jorge García González y Sandra Gimeno de Movimiento hacia un Estado Laico (MHUEL)
En Cambiar Huesca pensamos que una propuesta de ciudad para convivir debe ser necesariamente laica. La laicidad es una actitud de acogida a todas las creencias de las personas sin más límite que el respeto a los Derechos Humanos.
En otras palabras, la laicidad hunde sus raíces en un profundo respeto a la libertad de conciencia de las personas y a los Derechos Humanos como marco ético común de toda sociedad democrática. Por todo ello, el ayuntamiento, como casa común de toda la ciudadanía, debe de constituirse en un lugar neutro desde la perspectiva de las creencias, en un lugar de acogida para toda persona, siendo la propia administración quien garantice dicha neutralidad.
El pase de diapositivas requiere JavaScript.
Sin embargo, la práctica cotidiana nos indica que se rompe dicha neutralidad, dándose ámbitos y momentos donde lo confesional se mezcla o se fusiona con lo civil. Así pues, Cambiar Huesca propone una serie de medidas orientadas a establecer una separación real entre los poderes públicos y las creencias religiosas, conscientes de que ello redunda en una mejor calidad de la convivencia.
Por las razones anteriores, Cambiar Huesca propone en materia de laicismo:
- Suprimir todo tipo de simbología religiosa en los actos oficiales y en los espacios de titularidad pública que dependan de las administraciones.
- Hacer que los actos públicos oficiales sean exclusivamente civiles y sin connotaciones religiosas. Ninguna autoridad pública o funcionario participará, en calidad de tal, en actos de naturaleza religiosa. Los miembros de la Corporación local y el personal al servicio de la Administración municipal no mostrarán, en el ejercicio de su cargo o de sus funciones, ningún gesto de sumisión o veneración de personas o imágenes religiosas (tales como genuflexiones, besar anillos, etc.). No serán invitados a actos civiles o considerados autoridad pública los representantes eclesiásticos de ninguna confesión.
- Suprimir, y además con carácter retroactivo, todos los honores o votos públicos a advocaciones, santos, imágenes o simbología representativa religiosa, como condecoraciones, nombramientos de alcaldes y alcaldesas perpetuas, etc. Tampoco el Ayuntamiento y su Corporación se encomendarán a santoral, imágenes o rituales religiosos.
- Hacer que todos los edificios e instalaciones dependientes de la Administración local, así como sus organismos autónomos y demás entes, estén exentos de cualquier tipo de simbología religiosa, para cumplir con los principios de separación y neutralidad de la Administración pública. A tal fin, se retirará
cualquier símbolo religioso que pudiera haber en cualquiera de ellos y la Alcaldía determinará su destino posterior, su registro y protección en dependencias municipales o su donación a entidades religiosas que pudieran tener interés en ellos. - No donar, ni facilitar suelo público ni locales, ni conceder financiación pública o exenciones fiscales municipales para la instalación de infraestructuras o realización de actividades a ninguna confesión o institución religiosa.
Más propuestas en nuestro programa político.